En el pintoresco barrio viejo de Girona conviven edificios históricos con modernos locales.
El objetivo de esta reforma era crear 3 apartamentos turísticos con recepción en la planta baja, en un conjunto de dos antiguos edificios.
La principal dificultad fue conseguir una distribución coherente que se adaptase al reducido tamaño de los espacios y al desnivel entre los dos bloques.
El mobiliario ha sido diseñado a medida para adaptarse a los rincones y ser lo más funcional y ligero posible, evitando volúmenes innecesarios.
Los materiales se eligieron para revalorizar los rasgos significativos de la construcción original. Se rescataron los pavimentos de mosaico hidráulico, se restauraron las vigas de madera y los techos de cerámica pintada, se reubicaron algunas de las puertas existentes y se mantuvieron las paredes de piedra.
Un diseño respetuoso y cálido que evoca la historia del barrio.